Por- Luis Estrella
El COVID-19 que se inició en China, una cepa nueva del coronavirus, con 3 veces mayor capacidad de contagio que la gripe, ha provocado que se declare como una pandemia. Esto implica que todos los países de este planeta de una u otra manera están expuestos a su llegada.
En la actualidad vivimos en una época de globalización, lo cual facilita la contaminación y expansión de la enfermedad. Hasta el momento China y algunos países asiáticos, así como Europa y Estados Unidos son los que han recibido un mayor impacto.
Italia por la gran cantidad de afectados y muertos que aumenta cada día, se le ha colocado en categoría 4, lo cual implica una similitud a un estado de guerra. En ese país europeo se está actuando por prioridades, lo que implica que se sacrifiquen seres humanos para que otros puedan vivir. Es un tipo de Eutanasia, lo cual es muy triste y se le aplica sobre todo a los considerados vulnerables.
España y Estados Unidos si no detienen a tiempo el virus podrían correr la misma suerte de Italia, lo mismo que Francia y cualquier otro país, ya que su propagación es muy rápida. Por ejemplo en Italia en las últimas 24 horas murieron 627 personas y en Estados Unidos en un día el virus se duplicó de 7 mil a 14 mil afectados.
Es importante comprender que nadie está libre del COVID-19, ya que no tiene preferidos, ataca a los de cualquier edad, sexo, religión, militancia política, clase social etc.
Esta variedad de los coronavirus es letal, por su capacidad de transmisión, resistencia y composición química, que permite sea contagiado sin experimentar el transmisor ningún síntoma por varios días.
Nuestro país acaba de ser declarado en estado de emergencia por 25 días por el Congreso, a solicitud del presidente Danilo Medina, medida que implicará efectos devastadores para nuestra economía. Esa medida conlleva el cierre de las fronteras por aire, mar y tierra, lo que reducirá a cero el turismo, una de las principales fuentes de divisas al país.
Además, al cerrar los hoteles, miles de empleados quedarán sin fuentes de ingreso, lo que también se reflejará en otras áreas como la construcción, restaurantes, tiendas etc. Aunque los más afectados serán los cientos de miles de trabajadores informales, que deben salir cada día para buscar el sustento de su familia.
Sin lugar a dudas que la declaración de emergencia es una medida valiente y dolorosa pero necesaria, porque de lo contrario nuestro país, que ya está en categoría 3, podría pasar a categoría 4. Si esto ocurriera, los resultados serían catastróficos, por ser una nación con menos desarrollo que esos grandes países.
La vida en determinadas circunstancias nos coloca de manera inesperada en situaciones muy complicadas y difíciles, donde el amor, la unidad, la colaboración y el sentimiento patrio deben primar por encima de todas las cosas. Estos no son momentos para actuar con mezquindad, pequeñez mental, resentimientos y ODIO.
Al mismo tiempo que considero irracional la posición de la familia Castillo ante la declaración de emergencia, quiero saludar la postura de Luis Abinader y Leonel Fernández, de poner en primer plano los intereses nacionales por encima de sus convicciones políticas. Eso es lo correcto y así es que debemos actuar todos, sin excepción, en defensa de la República Dominicana.
En la vida todo no es totalmente malo, siempre debemos, aún en las peores circunstancias, buscar el lado positivo que podría tener cualquier acontecimiento negativo. Para mí, lo positivo que tiene el momento es que unirá más las familias, despertará el sentimiento de unidad y colaboración, y sobre todo, permitirá que el amor que cada ser humano alberga en su corazón, brote y salga a la superficie.
El COVID-19 ya ha producido más de 10 mil muertes y 250 mil afectados en el mundo, por lo que nos dejará mucho dolor, así como fuertes consecuencias económicas, pero al mismo tiempo servirá para aumentar el crecimiento espiritual, la colaboración, la solidaridad y el amor en un mundo que tanto lo necesita.
EL COVID-19 NOS DEJARÁ MUCHAS ENSEÑANZAS.