Por- Luis Estrella
Aquellos que se dedican a estudiar la política al margen de fanatismo, sentimentalismo subjetivo y sueños al estilo Pilarin, están desde ya muy claros que para el 2024 en la República Dominicana se presentarán tres candidatos fuertes y como siempre una cantidad indefinida de eternos aspirantes, que al final entre todos no llegan al 10%.
Desde mi óptica entiendo que los candidatos con posibilidades para el 2024 serán, Luis Abinader por la reelección, Leonel Fernández por la FUPU y Abel Martínez por el PLD. Que esto pueda variar es posible, porque como se dice; en política nada está escrito, pero para eso tendrían que ocurrir acontecimientos que alteren el ajedrez en el que se desarrolla y proyectan los acontecimientos en nueatra Nación, lo cual por el momento luce muy definido.
Haciendo una reflexión he llegado a la conclusión que todas las demás fuerzas políticas que giran en el espectro político- nacional, si fueran disgregadas al próximo proceso del 24, podrían obtener de un 8 a un 10%. Para redondear vamos a darle el máximo un 10% en el mejor de los escenarios. Lo que nos dejaría un 90% para los tres candidatos que podrían ser fuertes y mayoritarios.
El PRM aunque no es un partido con las estructuras tan fuertes como lo fue el PRD, el PRSC y el PLD, tiene la ventaja de estar en el poder, lo que agrega un sector del electorado, que es lo que llamamos el voto del gobierno. Recuerden que Hipólito en un momento catastrófico para la economía y con un Leonel Fernández en la cúspide de su popularidad, sacó un 33%.
Eso nos dice que ante una eventual reelección de Abinader, estaría por esos números, aún con los errores que están cometiendo y que podrían aumentar después de los 2 años de gobierno, cuando la economía siga presionando a los sectores más empobrecidos de la población, tanto por los altos precios como por el desempleo. Siendo conservador y por otras razones que no se dieron en el 2004, creo que Abinader estaría situado por encima de 35% en las preferencias electorales para el 2024.
Leonel Fernández y Abel Martínez tendrían una preferencia entre ambos que podría superar el 50% del electorado, que es en realidad el voto histórico del PLD y sus partidos y sectores vinculados. Lo del 2020, no se puede tomar como muestra definitiva, ya que ahí se dieron factores desgarrantes para cualquier organización, como fue la traumática e innecesaria división.
Considero que si el PLD quiere ser opción de poder deberá llevar a Abel de candidato, esto lo digo por lo siguiente: El PLD como Partido tiene un voto duro que en estos momentos andará por encima del 20%, ese electorado podría votar por cualquier candidato que represente la organización. Con Abel el PLD se agenciaría el apoyo de un amplio sector de la población que no participa en política activa, sino que lo hace por moda, coro o por coincidencia generacional.
Abel Martínez, atraería ese sector compuesto por jóvenes y mujeres, que según palpamos tienen desde ahora mucha simpatía para el Alcalde de Santiago. Abel tiene un carisma especial que lo hace atractivo y simpático con esos sectores, así como con segmentos de la clase media que se va a ir alejando del PRM, por considerar frustradas su creencia de que Abinader representaba un real cambio y desde ya lo ven como más de lo mismo.
Desde mi punto de vista por esas razones Abel es el candidato ideal para el PLD, lo que no quiere decir que para afianzarse como un candidato con reales posibilidades de convertirse en una opción de poder, no tenga que superar algunos escollos. Esas limitantes no están a lo interno del PLD, ya que no se vislumbra ni siquiera competencia, sino hacia el electorado en sentido general, ya que en la zona Sur, Este y el GSD, un gran porcentaje no lo conoce y eso es algo que le llevarían de ventaja los demás aspirantes.
Es evidente que Abel además de conformar sus estructuras de apoyo, con una poderosa fuerza externa y movimientos periféricos, debe trabajar duro para que la mayoría de la población lo conozca. En este País la gente vota por el que conoce, por lo que superado esta realidad Abel Martínez sería un candidato temible y con grandes posibilidades de convertirse en el próximo Presidente de República Dominicana.
El caso del Dr Leonel Fernández hay que verlo desde muchos ángulos y diversos puntos de vista, porque no podemos partir simplemente por los números que puede exhibir en la actualidad. El FUPU es una organización recién formada, aunque con un candidato que ha sido 3 veces Presidente y que tiene un dominio absoluto de los temas nacionales e internacionales.
Leonel tiene en su contra que la estructura que lo sustenta no es tan solida y amerita todavía de un tiempo para consolidarse como una opción de poder. Eso lo observo como una debilidad, pero jamás como un obstáculo para que en dos años el FUPU se convierta en una fuerza competitiva con los dos Partidos mayoritarios del sistema.
Leonel Fernández entiendo que tiene a su favor, que es el candidato más acabado, con un gran manejo de cualquier tema, con una experiencia por encima de todos los aspirantes. Tiene a su favor, que puede capitalizar el desgaste del gobierno del PRM y la situación defensiva en que mantendrán el PLD en todo el proceso, con nuevos casos manejados por el MP.
Si situamos a Abinader con un 35% , Abel y Leonel quedarían entre un 25 y un 30%, lo cual podría variar por múltiples razones, principalmente por la confianza que ambos candidatos vayan generando en el electorado , para sustituir el fracaso del cambio. Para mi es vital que Abel avance en su conocimiento como candidato y que Leonel logre definitivamente diferenciarse del gobierno del PRM, borrando completamente la idea de Partido bisagra.
Si las cosas ocurren como se vislumbran tendremos un próximo torneo electoral muy interesante, con un tripartidismo dominante y una cola de disgregadas organizaciones de abultamiento del certamen electoral. Por eso siempre digo que el sectarismo, la exclusión y el odio entre el PLD-FUPU, no tiene ningún sentido, ya que solo un acuerdo al final podrá sacar el PRM del poder, de lo contrario vamos a prepararnos para 20 años de cambio.
El PLD y el FUPU en este periodo deben marchar separadas, pero sin agredirse, sin maltratarse, sin odiarse. Cada quien trabajando para fortalecer su organización, eso es la única garantía de que en una segunda vuelta se produzca la reunificación de la familia, no ya como un solo partido, pero si como una fuerza social y política, que pueda reencauzar nuestra Nación por el sendero del progreso, la estabilidad y la confianza en el futuro.
La razón y la madurez deberán predominar entre los dos lideres principales de este País, dejando atrás las diferencias que los separaron. El ego puede obnubilarnos por un tiempo, pero jamás para toda la vida.
Si se encuesta cada peledeista o miembro del FP, seguro que en la gran mayoría predominará el deseo de volver al poder. Todo lo demás es y siempre serán aspectos secundarios, que jamás serán dominantes ante la REALIDAD de retomar el poder.