Por: José Báez Guerrero
OPINIÓN – Hay señas que ofrecen los candidatos que resultan más poderosas que cualquier encuesta. Las dan al hablar, con su lenguaje corporal, y también según lo que proponen en el curso de sus afanes políticos y proselitistas.
Por ejemplo, difícilmente quien crea que está ganando una contienda comienza a tramar la narrativa de su eventual derrota. Como tampoco, si realmente cree que sus adversarios “están cogidos”, propone a la autoridad electoral posponer la fecha de su alegado triunfo.
Y al parecer eso hicieron los leonelistas en su reunión con los jefes de la JCE hace pocos días, al insólitamente sugerir que la fecha de las primarias, domingo 6 de octubre próximo, sea pospuesta para ellos dizque compenetrarse mejor con el sistema de votación.
La facción del expresidente Fernández, en su obcecada búsqueda de un cuarto periodo, alega que solo cuenta con “el pueblo”, reconociendo que su propio partido no lo apoya.
Es muy peligroso que poquito más de dos semanas antes, en típico comportamiento de perdedores, los leonelistas procuren deslegitimar el proceso.