Los Warriors salen vivos de la trampa mortal que les deparaba el Scotiabank Arena. 3-1 abajo, siendo muy inferiores durante toda la eliminatoria, con un equipo enfrente jugando a las mil maravillas, un público entregado y Durant marchándose cojo cuando parecía que iba a ser un factor diferencial. A todo eso se sobrepusieron los aún campeones, que se niegan a entregar la corona a unos Raptors que jugaron según su plan pero que hoy se les quedó corto.
Al principio ni siquiera los tres francotiradores de los Warriors a pleno rendimiento cambiaba el paso de los Raptors, que han llegado con un plan de juego hasta aquí y pensaban vencer o morir con él. 5/5 en triples para empezar. Uno de Curry, dos de Klay y dos del reaparecido Durant. Eso haría temblar a cualquiera, haría zozobrar a equipos con mucha más experiencia en estas lides. No sabemos qué tipo de conjura ha hecho durante la temporada Nick Nurse, pero a este grupo de jugadores les da igual todo. Hoy tocó atacar la zona, primero con Marc (15 puntos al descanso) y después con Ibaka (7 en 7 minutos de juego).
Sólo quedaba esperar que los triples dejasen de entrar, porque si los Raptors jugaban como un conjunto con un plan, los Warriors lo hacían como un grupo de estrellas con prisa. Y el castillo de naipes pareció caer a 9:46 del final del segundo cuarto. Durant intentó driblar en un uno contra uno a Ibaka y en un giro se fue al suelo él solo. Mano primero a la parte trasera del pie, después al frontal, en la pantorrilla. Se puso de pie pero no consiguió dar un solo paso. Iguodala y un miembro del cuerpo técnico se lo llevaron cada uno por un lado al vestuario, con Curry detrás siguiéndoles con la cabeza gacha. Se fue de la cancha con todos los rivales aplaudiéndole y animándole y con toda la grada cantando «¡KD!» después de haber aplaudido la lesión en su gran mayoría.
La ausencia de Durant sorprendió más a los Raptors que a los Warriors, como si estos últimos supieran que se la iban a tener que jugar sin él. Salió Cousins, que hasta entonces no había jugado nada, y enlazó 9 puntos y 5 rebotes en apenas 6 minutos. Pero los locales, poquito a poco, como las hormigas obreras, volvieron a equilibrar el duelo. Esta vez con VanVleet en modo finales de conferenciaenchufando triples y Kyle Lowry echándose el equipo a la espalda cuando más arreciaba la tormenta en el tercer cuarto, con los Warriors 14 arriba. Los triples amenazaban con hundir el barco canadiense, donde nadie que no se llamase VanVleet o Marc metían un solo tiro de tres. En el bando contrario el acierto era tremendo. Acabaron con 20/42.
A 5 minutos del final Kawhi Leonard, que estaba medio desaparecido, enlazó 10 puntos en cuatro jugadas al más puro estilo Jordan o Kobe que parecían matar el partido. Pero desde entonces sólo iba a meter Lowry dos puntos más. Los Raptors se bloquearon y enfrente Klay (con dos triples) y Curry (con otro estratosférico) les castigaron. Ellos han estado en mil batallas y aunque esta noche estuvieron al borde del abismo no sintieron la presión que de repente le vino a su rival, quizá por primera vez en toda la serie. El escolta firmó 26 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias. El base, 31+8+7. Puede que no tengan Durant, puede que tampoco a Looney (que también se fue lesionado), pero los ‘Splash Brothers’ no entregan las armas sin pelear hasta el último minuto. El jueves tienen otro match ball, pero ahora los nervios empezarán a virar poco a poco hacia los Raptors.
Fuente: as.com