Las declaraciones en conjunto de la Procuraduría General de la República y la Policía Nacional respecto a que David Ortiz no era el «objetivo» de los sicarios que le dispararon el pasado domingo 9 de este mes, recuerda otros casos similares, donde los que matan a sueldo confunden a la persona que mandaron a asesinar.
La diferencia entre estos casos y el de David Ortiz es que no se involucraron tantas personas.
En enero de 2010, desconocidos a bordo de una motocicleta ultimaron al ingeniero Wilson Alejandro Amparo Luna, de 30 años, tras confundirlo con Winston Rizik Rodríguez (El Gallero).
Según los datos de las autoridades Amparo Luna fue ultimado de varios balazos en el sector Los Cacicazgos, donde se dirigió junto a su esposa a dejar una invitación de cumpleaños y tres desconocidos a bordo de una motocicleta en movimiento le emprendieron a tiros a la yipeta Toyota Hailux, color blanca, creyendo que era de Rizik Rodríguez, el cual tenía una Yipeta marca Lexus, blanca, placa G002123.
En mayo de 2014, dos hombres identificados como Amauris Soriano (Nevado) y Luis Abel Mariano Pérez, mataron a la sobrina del entonces presidente del Colegio Médico Dominicano, Natasha Sing, también por error.
La versión policial indicó que los sicarios cobraron 200 mil pesos para asesinar a la joven Zuleica Flores Germán, vecina de Sing, pero mataron a esta última al confundirla, ya que ambas tenían el mismo tipo de vehículo, con igual color, a lo que se agrega que residían en el mismo edificio.
Este caso tiene la particularidad de que los sicarios volvieron a cobrar 200 mil pesos más por matar a Zuleica, está vez logrando su objetivo.
El 17 de octubre del año pasado, en la calle Doctor Ferris, de La Romana, fue asesinado por equivocación el abogado y pastor evangélico Santo Cedeño del Rosario.
Según la Policía, Félix Antonio Martínez Valdez (a) Liquito, recluido en la cárcel pública de Santa Cruz del Seibo, contrató a tres hombres para matar al abogado Julio César Cabrera Ruiz (Julín), hermano del acusado narco Pascual Cabrera, pero los mismos se equivocaron por el parecido que existía entre Martínez Valdez y Cabrera Ruiz.