Por: Luis Estrella
Viernes Santo, un día donde cada quien lo interpreta de acuerdo a la visión que tiene de la vida, unos vacacional, otros reflexionan y algunos sencillamente continúan sus quehaceres normales con su rutina establecida. Además es un momento para los reencuentros familiares.
De mi parte me levanté bien temprano y tome la decisión de hacer una reflexión sobre el sentido de los seres humanos ante la vida, lo cual es observado desde distintas vertientes, aunque en esta ocasión quise dejar plasmado mi punto de vista.
Coincido con el Psiquiatra Viktor Frank, de que el hombre vive en una búsqueda incesante de darle sentido a su vida, lo que explica los vacíos existenciales que experimentamos, como son los sentimientos negativos que a diario nos asaltan, como la ira, la envidia, los celos, la ansiedad, la depresión, la desidia, etc.
Hay algo clave para que estos sentimientos nos dominen y nos conviertan en prisioneros de esos pensamientos, lo cual es el criterio de que el dinero, el poder y el placer son los objetivos para conseguir una vida plena y de satisfacción personal. Todo esto lo podemos obtener y siempre seguirá el vacío existencial, porque en realidad la felicidad son momentos que experimentamos, porque la verdadera paz, tranquilidad espiritual y emocional está en nuestro interior.
El verdadero sentido de la vida está en cada momento que vivimos, desde nuestro ser, haciendo lo que nuestro valores y principios nos indiquen, sin importar que esas decisiones nos traigan consecuencias difíciles, porque no hay nada como actuar con libertad ante cada circunstancia de la vida.
La última de las libertades humanas que se pierde, es la que tenemos de poder “elegir que actitud asumir ante cada acontecimiento, que camino tomar”. Nos pueden quitar todo, como le pasó a Mandela y Viktor Frank, aunque nunca la libertad de elegir que actitud adoptar, sin importar las dificultades del momento.
Nunca renuncies a tus sueños y esperanzas, ya que eso es el aliciente que nos puede mantener firme y con la cabeza erguida en este mundo. Jamás negocies con tus valores para lograr metas en la vida, eso lo podrás hacer, aunque siempre será momentáneo ese placer y al final te dejará un sabor amargo, que no permitirá que vivas a plenitud, con serenidad y dignidad.
Hay dos ejemplos ilustrativos para comprender estas apreciaciones, el primero es el de Mandela, quien duró 27 años en prisión y salió de la cárcel para ser Presidente de Suráfrica y gobernar sin odios y con amor hacia quienes fueron sus verdugos. Mandela logró esto porque siempre tuvo claro que podían quitarlo todo, pero jamás su libertad interior.
El otro caso es el de Viktor Frank, un Psiquietra judío que duró 3 años en los campos de concentración nazi, donde murieron sus padres, sus hermanos y su esposa. Todas las torturas que recibió y el infierno que vivió, no pudieron arrancarle sus valores, sus sueños ni su esperanza, logrando salir de esos campos de exterminio, donde murieron millones de personas, para dejarnos un legado de incalculable valor para la humanidad.
El sentido hay que buscarlo en nuestro interior, ahí es que reside y comprenderlo es la clave para vivir una vida a plenitud, tranquila y feliz. En cambio si nos inclinamos únicamente por el dinero y el poder, recibiremos muchas frustraciones, ya que no es posible tener control total sobre ninguna persona y circunstancia, por más gigante que sea el PODER que en determinado momento podamos tener.
EL SER HUMANO SIEMPRE TENDRÁ LA OPCIÓN DE ELEGIR QUE ACTITUD ADOPTAR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA. SIEMPRE ELIGES LA TUYA CON LIBERTAD.