Por: Luis Estrella
MI OPINIÓN- Cuando se produce un cambio de gobierno de un partido a otro, de manera inevitable se provocan una serie de acontecimientos que afectan todo el sistema político. Unos se quieren quedar y otros quieren llegar, un dilema que no tiene término medio, ni solución a medias tintas.
Lo primero que hay que comprender es como está constituida la administración pública, las diversas escalas de empleados a todos los niveles. Podemos decir que están los de nivel operativos, los técnicos, los de carreras y los cargos políticos. Esto es vital entenderlo para saber en que aguas estamos nadando.
Los cargos operativos son los destinados para los miembros de los partidos, los cuales son de requerimientos simples, aunque son los que al final buscan los votos. Humildes trabajadores generalmente subestimados. Son la mayoría y hay que resolverle rápido, para que no produzcan situaciones que alteren el sistema que alimenta a los realmente beneficiados.
Los técnicos y de carrera tienen otro tratamiento, ya que son un soporte para el funcionamiento de las Instituciones. Lo que no quiere decir que no pueden ser sustituidos por otros técnicos del partido ganador, que tengan el perfil y la preparación académica para asumir esas posiciones. Lo único que esto puede durar más tiempo que lo deseado, pero al final serán cancelados, por la presión de los que forman parte de los nuevos representantes del sistema.
Por último están los cargos políticos, que se dividen en dos, los altos o cargos de confianza, que dependen directamente del Presidente, de un decreto que este emita a su favor. A este nivel el jaleo se da en las alturas, por lo que los grupos de poder ejercen su presión para que le den su espacio. El Presidente maneja eso y distribuye el pastel para dejar a todos contentos, o por lo menos conformes por el momento.
Donde realmente se da lucha fuerte es en los cargos políticos de segundo nivel, los cuales dependen de los incumbentes de Ministerios o Direcciones Generales. Ahí es que tienen espacio los dirigentes medios de los partidos, los que tienen el peso de dirigir las bases y hacer compromisos con ellos. Es una gran responsabilidad y presión, porque en cada comunidad son la garantía para emplear a los que dejaron el cuero en las calles, según el adagio popular.
En el mundo político nadie es ingenuo y quien quiera aparentarlo, simplemente está siendo hipócrita y de doble moral. Todo el que tiene un cargo politico, está muy claro de eso, aunque quiera excusarse con una preparación académica. Al final los hay preparados por donde quiera, sin trabajo y pertenecientes al partido que maneja el poder.
A ese nivel de cargos políticos no hay términos medios, porque si usted llegó por influencia política y quiere mantenerse en el nuevo gobierno, necesariamente tendrá que claudicar a sus ideales, porque nadie da nada sin algo a cambio y menos en política. Si a usted lo dejan es porque aceptó su nuevo jefe laboral como jefe político, que al final le pasará factura.
Reconozco que hay que comprender la particularidad de cada quien, sus compromisos, necesidades y ambiciones; pero al mismo tiempo también hay algo que está por encima de un salario, que es la dignidad, el decoro, la honorabilidad y los valores familiares. Si usted ya cerró su ciclo, permita que los demás, que fueron parte de una oposición que estuvo 16 años fuera del poder, también sean parte de un pastel que no da para todos.
Ese es mi criterio y siempre he sido coherente en ese sentido, por eso me retiré el 17 de agosto de la Institucion que dirigía, porque aunque estuviera ahí amparado por un decreto, consideraba que no tenía legitimidad. Jamás tomaría acciones en un gobierno del cual no formo parte y además que fui nombrado por otro Presidente que no es el actual.
En definitiva los peledeistas debemos ser justos y facilitar el ambiente para que los perremeistas y aliados asuman totalmente el poder. La ética siempre estará por encima de cualquier trabajo. La dignidad es parte nuestra y ser honorable y leal jamás será comparado ni compensado con un salario político.