Lo que no supieron aprovechar los Raptors en el segundo partido lo hicieron esta noche. Aquel día se lesionó Thompson en el último cuarto y sólo con Green y Curry de las estrellas de toda la vida, más el incombustible Iguadola, un Cousins renacido y lo que iba cayendo del banquillo, los Warriors fueron capaces de ganar el encuentro. Esta vez los de Toronto no han dejado escapar la ocasión y vuelven a tomar ventaja con un partido serio, poco lucido, pero efectivo al fin y al cabo.
Dominaban los visitantes (16-26) hasta que un tiempo muerto a 2:13 del final del primer cuarto hizo reaccionar a los locales, que tenían unas estadísticas preocupantes: Curry llevaba 12 puntos y había lanzado 10 de los 18 tiros de su equipo. Enfrente los visitantes iban viento en popa sin abusar demasiado de Kawhi Leonard, que sólo había tirado 2 veces. Se repartían el juego de ataque los jugadores interiores. Marc 7 lanzamientos a canasta y Siakam 5. Los Raptors volvían al plan del primer día y les salía bien. Pero después de ese tiempo muerto primero Cook, después McKinnie, luego un 2+1 de Green y finalmente un triple marca de la casa de Curry dejaba el marcador en un +4 para los visitantes.
Con el comienzo del segundo cuarto Kerr se atrevió a salir sin Curry ni Green. El atrevimiento del técnico de los Warriors lo pagó caro su equipo, que volvió a verse 11 por debajo. VanVleet empezó a enchufar y Siakam parecía el del primer partido. Le duró poco el experimento y en seguida sacó a los dos a cancha, pero los Raptors ya habían metido la directa. Con un Lowry enchufadísimo (15 puntos para él al descanso, aunque haciendo tres faltas en muy poco tiempo)… Total, que el 52-60 en contra con el que se fueron los Warriors al vestuario era hasta bueno.
Se pueden buscar todas las explicaciones que se quieran a esos sólo 8 puntos, pero el resumen rápido sería Stephen Curry. El base, en su versión más destructiva, ya llevaba 25 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias, 7/13 en tiros de campo y 4/8 en triples. Al final del tercer cuarto eran 40. Casi él solo mantuvo el intercambio de disparos primero con Leonard, después con Lowry y finalmente con Danny Green, este último en absoluto estado de gracia (6/10 en triples). Al base de los Warriors apenas le ayudaba Iguodala y unos muy buenos minutos de Bogut. Pero la ventaja cada vez era mayor (83-96).
Gran parte del último cuarto fue un quiero y no puedo de los Warriors, que con un quinteto formado por Curry, Green… y Bogut, McKinnie y Jerebko intentaban evitar lo inevitable. Si van a tener que ganar el anillo con esos jugadores lo van a tener muy difícil. Cousins esta vez volvió la versión del primer día (1/7 en tiros) y el partidazo de Curry (47+8+7) se quedó en una anécdota. Enfrente los cinco titulares acabaron en dobles dígitos sobradamente y Kawhi, sin hacer demasiado ruido salvo a la vuelta del descanso, volvió a firmar otra línea brillante (30+7+6). Marc acabó con un 17+7+4 e Ibaka aportó grandes minutos en el último cuarto poniendo 6 tapones.
Los Raptors ya le han dejado claro a su rival que no van a perdonar sus debilidades. Si Klay y Durant siguen sin jugar, la cosa empieza a pintar negra para el campeón, que ya está obligado a llegar al sexto partido para repetir anillo. Los Raptors pueden sentenciar en su casa en el quinto si consiguen asaltar otra vez el Oracle Arena el viernes. Palabras mayores, pero este equipo va muy en serio.
Fuente: as.com