Los Raptors consiguieron una más que valiosa victoria, casi decisiva, en el Fiserv Forum de Milwaukee ante los Bucks por 99-105 en el quinto partido de las finales de la Conferencia Este que ambos disputan estos partidos. Lo que supone de inmediato es que el equipo canadiense se coloca 3-2 en la eliminatoria y el próximo partido, que se jugará en su casa, podría auparle a las Finales donde ya están esperando los Warriors desde hace unos días.
Los Raptors están ante la oportunidad de su vida y no hay más salida en el callejón si nos atenemos a su famoso gafe en los playoffs: o lo rompen con fuerza para que la gente se olvide de él, que sería ganar, o se amplifica hasta nuevos niveles de ruido, que sería perder. La ventaja que ahora tienen es decisiva, también para acortar los plazos de cara a las Finales con la paliza de partidos (ellos, los que más) que llevan encima en la postemporada.
Budenholzer ajustó en la zona exterior poniendo de entrada a Brogdon junto a Bledsoe. Objetivo conseguido: 18-4 para abrir el partido. Estaban acogotados los de Canadá y la reacción de Nurse fue a empatar: sacó a VanVleet justo en ese instante, con sólo medio cuarto jugado, para ir también con dos bases. Ese momento fue más decisivo que muchos otros porque el potente director de juego de los Raptors sería clave en la victoria de los suyos.
Los Bucks duraron un cuarto más por delante (34-34, minuto 18). Ayudó el cambio en la defensa de Antetokounmpo, que se vio obligado a lanzar desde fuera, para minar la ofensiva que estaba orquestando con maestría Malcolm Brogdon, inteligente como pocos. Ayudó también que entraran en juego hombres como Pascal Siakam, más irregular en esta serie que en las otras, para que la ventaja fuera exigua al descanso: sólo de tres, 49-46.
Tuvieron un momento de lucidez Connaughton y Hill, pero representaron un cambio de paradigma que era necesario: la rotación ganó una batalla importantísima. No sólo fue Fred VanVleet, que acabó con 7 triples encestados, fue también Norman Powell y el saber parar a hombres como Mirotic, que se quedó a cero. El banquillo fue clave para dejarle el terreno expedito a Kawhi Leonard, que cogió la manija en el minuto 34 para no soltarla más. Triple va, triple viene, balones doblados y mucho manejo es lo que dio a los Raptors la opción de dominar en los minutos finales.
Un triple de Marc Gasol, de nuevo más enfocado en la defensa que en el ataque pese a que en los partidos ganados había sido al contrario, daba siete de ventaja a los suyos a falta de cinco minutos. Su némesis Brook Lopez respondería un rato después para igualar todo de nuevo (93-93). El barcelonés tenía otra respuesta: tras dos acciones precipitadas de Leonard, salvador hasta ese momento, cogió un rebote ofensivo que hizo a los visitantes ponerse por encima de nuevo. Los Bucks encogieron el brazo y la victoria se fue al contador de los Raptors, que se frotan las manos al conseguir el hito de forzar tres derrotas seguidas de los de Wisconsin por primera vez en la temporada y haciendo esto mismo en la fecha y lugar adecuados, cuando toca; la cuarta les daría el pase a las Finales.
Fuente: as.com