Por- Dr. Demetrio Castro Montolio.
Ante el crecimiento acelerado de la lucha popular del municipio de Villa Vásquez, el Ministro de Salud acudió raudo y veloz, llego con su bata blanca de medico clínico y en su intervención menciono los terrenos donde antes estaba el hospital, claramente evidencio que sus acompañantes no lo habían puesto ni minimanente al corriente de la crisis sanitaria, social y económica que ha transitado este núcleo social, lo que evidencia que estaba mas perdido que el hijo de Lindbergh.
En su origen el pueblo se creo en la pendiente entre la cordillera Septentrional y el rio Yaque del Norte, por lo que los diseñadores acertadamente construyeron las casas sobre pilotillos, al tiempo que se diseñaron desagües, puentes y lechuzas sobre los canales, para conducir el agua al rio, diseño que en su momento fue sumamente efectivo.
La población urbana creció y la necesidad de un servicio de atención en salud, condujo a que con el paso de los años, el local del antiguo Partido Dominicano, fuera destinado al servicio de salud, iniciándose un proceso de remiendos y “remodelaciones”, para intentar dar respuesta a las necesidades de la población.
La estructura colapso, “cosa del tiempo y no de España”, la pandemia emergió en el escenario enfermando y matando a la población, por lo cual se incremento la necesidad de esta infraestructura.
Los estados de excepción, consagrados en el artículo 262 de la constitución de la Republica Dominicana del 2010, y el estado de emergencia, articulo 265, le conceden facultades extraordinarias al ciudadano presidente, no solo para endeudar el país, derivar enormes recursos al sector turismo y entregar cien millones de pesos a los artistas, sino también para construir un hospital que sirva para mitigar los efectos de la epidemia en esta región.
El hospital de hoy debe responder a los requerimientos técnicos de “hospital seguro”, cumplir con el Decreto No. 1138 “Reglamento para la habilitación de establecimientos y servicios de salud”, su ubicación debe responder a la accesibilidad geográfica, su dimensión debe estimarse en función del crecimiento de la población en los próximos años, los servicios deben responder al perfil epidemiológico de la población.
El municipio cuenta con Sistema de Agua Potable y Sistema de Alcantarillado Sanitario, Aun falta el Sistema de Drenaje Pluvial, que comprende tuberías, alcantarillas, colectores e instalaciones complementarias, que recolectan el agua de escorrentía de las lluvias y de uso humano que se desplazan por la superficie, para evitar inundaciones, daños a la infraestructura y sedimentación.
Las técnicas modernas de la ingeniería, permiten construir el hospital en los antiguos terrenos dada su accesibilidad geográfica para seguir ofreciendo servicios a las comunidades de Hatillo Palma, Doña Antonia, La Guajaca, Sepiten, Soliman, Los Derramaderos, Agua de Luís, Villa Elisa, Villa Lobos, Hato del Medio, Agua de la Palma, El Papayo, Punta Rucia, Puerto Juanita, El Guayo, El Copey, Sabana Cruz, Los Conucos, Los Uveros, Las Canas, Buen Hombre, Las Agüitas, el Manantial, El Charcazo, El Gómez, Jaiqui, El Rodeo, El Baitoal, El Duro, Barrio Nuevo, El Vigiador, Palo Verde, Villa García, Villa Sinda, Botoncillo y otras comunidades.
El gobierno es el garante del derecho a la Salud, de estas comunidades, por eso la demanda de “un hospital para la vida”, debe ser satisfecha de manera inmediata por el gobierno central, porque “A males viejos, remedios nuevos”.