Custodiar la frontera no es un maíz, decía mi padre al recordar sus tiempos de soldado en Elías Piña, Pedernales y Dajabón. Caminos lejanos, solitarios, polvorientos, cargados de peligro, alejados de la familia y muchas veces poco valorado por la población.
Recuerda que mi madre estuvo al morir, embarazada de su tercer hijo, cuando se encontraba de puesto en el destacamento Villa Anacaona de Restauración, un municipio de Dajabón en la frontera norte (Haití-República Dominicana).
El bebé estaba de pie y no podía nacer. “Yo no encontraba qué hacer, imagínate un guardia raso, en un puesto tan lejano, sin recursos, fue un milagro de Dios que la partera y el médico del Ejército lograran sacar el niño”. Me cuenta que igual que mi madre, otras mujeres de militares vivían situaciones difíciles a la hora de dar a luz. Llega a su memoria la imagen de una mujer embarazada de mellizos, que por las complicaciones del parto vio nacer a sus hijos, uno en Restauración y el otro en Dajabón.
Pero esa es solo una muestra del sacrificio humano que implica mantener la Patria soberana y en calma. Los hombres y mujeres que permanecen alertas en los diferentes puestos fronterizos ponen en riesgo sus vidas, haciendo guardia en lugares solitarios al acecho de contrabandistas, traficantes, indocumentados y aunque algunos pudieran incurrir en alguna falta, la mayoría realiza una labor de entrega y sacrificio en defensa del territorio y la soberanía.
La frontera que divide a República Dominicana de Haití tiene una extensión de 391 kilómetros y 8,494 soldados la defienden, organizados en tres brigadas de infantería, seis batallones, 21 compañías, 35 destacamentos, 68 puestos de custodia y entre 15 y 20 puestos de chequeos fijos o móviles, así lo expuso el general de brigada, Santo Domingo Guerrero Clase, durante el taller “Comunicación Estratégica para Defensa y Seguridad Fronteriza”.
Al guardia de la frontera se le endurece el carácter, fruto de las situaciones de riesgo que tiene que enfrentar, pero también por los días en que tiene que celebrar solo, lejos de su familia, días tan especiales como su cumpleaño o tan necesarios de familia como cuando te sientes enfermo. Eso me lo hizo entender un soldado cuando le pregunté ¿porqué esa cara tan seria?, en un recorrido por la frontera Sur, organizado por el Ejército como parte del IV Taller de Comunicación Estratégica para la Defensa y Seguridad Fronteriza.
Me confesó que el principal sacrificio de un soldado en la frontera es su libertad, me hizo entender que, aunque no esté de servicio, está atrapado en esta realidad de pobreza y permanente peligro porque allí no es solo la entrada y salida de haitianos ilegales, sino también el comercio ilícito, como monstruo de mil cabezas frente al que actuar bien muchas veces cuesta.
Para ver a su familia, un día libre no basta, porque su esposa y sus hijos viven en la capital, pero dice que sus comandantes les ayudan a conseguir cuatro días libres cada quince o veintiún día, dependiendo de la disponibilidad de personal que tenga su unidad.
Durante el recorrido realizado y posteriores entrevistas con jefes militares escuché que desde hace unos años, a la hora de reclutar militares para la frontera, se priorizan a quienes son de los pueblos cercanos, para que no tengan que alejarse de sus familias y sus ingresos contribuyan a la dinamización económica de las empobrecidas comunidades donde viven.
El costo económico
Calcular lo que invierte el Gobierno para asegurar los limites fronterizos no es tarea fácil. Allí no solo actúan miembros del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, sino que también tienen presencia organismos como el Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), la Fuerza de Tarea Conjunta “Cerco Fronterizo” y unidades de inteligencia.
Para este año, el Presupuesto General de la Nación contempló como partida para la defensa nacional RD$31,567.6 millones y según estimaciones del ministro de Defensa, teniente general Rubén Darío Paulino Sem, 60% se invierte en la línea fronteriza, o sea, RD$18,940.56 millones.
De acuerdo a esta cifra, cada mes le cuesta al Estado RD$1,578.38 millones mantener resguardada la frontera, a RD$52.6 millones cada día.
Estos recursos son destinados fundamentalmente a sueldos, alimentación, vestimenta, combustible y mantenimiento de las infraestructuras militares.
Mejoras salariales
Desde los tiempos en que mi padre era militar escuchaba la frase: ¿con qué se casa un guardia?, una forma de cuestionar que con el sueldo de soldado no se podía sostener una familia. En los últimos años, fruto de una mayor conciencia de la realidad del militar en la frontera, los salarios han experimentado notables mejoras, aunque aún no alcanzan la remuneración adecuada.
Según el general Guerrero Clase, además del sueldo base, un soldado raso de puesto en la frontera recibe RD$17,100, su sueldo base más un incentivo que se les otorga por permanecer en lugares de riesgo. Además, dijo que las esposas reciben RD$5,000 para compensar su sacrificio.
Al visitar la frontera se puede ver el esfuerzo que se hacen para mejorar las condiciones de vida de los soldados y de sus familias, pero más que eso, se hace necesario que la población valore y respete el sacrificio y la entrega de hombres y mujeres que ofrendan sus sueños para reguardar la soberanía nacional.
CLAVES
Preparación.
En la actualidad muchos militares se preparan académicamente a todos los niveles como una forma de ascender dentro de las filas militares.
Peligro.
Frenar el contrabando de ilegales, de armas, de ajo, guaconejo, de carbón, son algunas de la tareas del soldado en la frontera.
Diversión.
Los soldados comparten como los civiles de los lugares que ofrece la comunidad, que regularmente no son muchos, colmados, colmadones, discotecas, esos son los más comunes.
SEPA MÁS
Los soldados no solo custodian
Protegen el medio ambiente.
Además de vigilar los límites fronterizos, el personal militar de puesto en la frontera se integra a las actividades de reforestación que se realizan en las montañas cerca de las cuencas hídricas.
Labor de apoyo.
Sirve de apoyo a la labor de otras instituciones como la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Dirección General de Aduanas (DGA), entre otras.