La gran mayoría de las personas que se ven involucradas en asesinatos y violaciones de una u otra manera piden “perdón” a los familiares de las víctimas como forma de arrepentimiento.
Las manifestaciones de arrepentimiento en estos casos se han producido mayormente en los tribunales del país, por los imputados Marlon Martínez, Víctor Alexander Portorreal Mendoza (Greña o Chamán), el empresario del transporte, Blas Peralta, Martín Batista Ogando, Jorge Félix Castillo y Rafael Emilio González.
Marlon Martínez
En la audiencia por el caso Emely Peguero, Marlon Martínez pidió perdón y disculpas a los padres de la adolescente y a toda su familia por lo que han tenido que pasar, señalando que estaba consciente de que tomará un tiempo encarcelado.
Marlon fue condenado a 30 años de prisión por el crimen de la adolescente embarazada, caso por el que también fue también sentenciada en primera instancia su madre Marlin Martínez a cinco años de prisión, pena que luego fue reducida a dos años por la Corte de Apelación de San Francisco de Macorís.
“Quiero pedirle perdón, disculpa a Adalgisa (Polanco), Genaro (Peguero), a toda su familia por todo lo que han tenido que pasar ”, acotó Martínez.
El Chamán
Otro caso fue el del imputado Víctor Alexander Portorreal Mendoza (Greña o Chamán), acusado de matar a su pareja Reina Isabel Encarnación y a sus tres hijastros, hecho ocurrido el 4 de febrero de 2018, en el sector Enriquillo de la capital.
En el tribunal que lo condenó a 30 años de prisión, Chamán pidió perdón a la sociedad dominicana y a los familiares de su pareja sentimental y sus tres hijastros, señalando que aceptaba los cargos que se le imputaban.
Blas Peralta
En igual situación también se vio el empresario del transporte, Blas Peralta, condenado a 30 años de prisión por el asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Mateo Aquino Febrillet, hecho ocurrido el 11 de marzo de 2016.
A través de un comunicado, el empresario del transporte reconoció que se dejó llevar de la ira y el orgullo al disparar contra el vehículo en el que se desplazaba el exrector de la UASD, pidiendo perdón a la familia de Aquino Febrillet, a la sociedad y reiterando que no lo hizo de manera intencional.
Martín Ogando
Otro caso ocurrió con el imputado Martín Batista Ogando, sentenciado a 30 años de prisión por el asesinato de la joven Geraldine Sánchez Baldera, cuando ella se encontraba en su lugar de trabajo, hecho ocurrido en noviembre de 2017.
En el tribunal, Ogando declaró que el crimen fue producto de un accidente y que jamás iba a querer hacerle daño a la madre de su hijo, ya que la quería muchísimo al igual que a su vástago.
Muerte de motoconchista
Mientras que el chofer de la empresa de transporte Caribe Tours, Jorge Félix Castillo, en plena audiencia de medida de coerción, pidió perdón a los familiares del motoconchista Melvin Girón Almonte, a quien mató de un disparo.
El imputado a quien se le dictaron tres meses de prisión preventiva para ser cumplidos en el Penal de La Victoria.
“Pido perdón. Yo lamento lo sucedido. Aquí hay dos familias destrozadas”, declaró en el juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional.
Emilio González
Otro caso fue el del Rafael Emilio González, sentenciado a 18 años de prisión por la muerte del empresario Guillermo Moncada Aybar, durante una discusión por un parqueo del residencial Xiomara, ubicado en la calle Filomena de Coba del ensanche Serrallés, hecho ocurrido el 2 de noviembre de 2011.
En el tribunal donde se produjo la sentencia condenatoria, González proclamó que se sentía arrepentido de lo que sucedió, al considerar que no era persona agresiva y que en ese hecho perdió la visión y no supo de él, ni de lo que pasó.
Juez dice tienen tendencia a pedir perdón
El juez coordinador de los juzgados de la Instrucción y del juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional, José Alejandro Vargas, consideró que hay personas que cuando se ven frente a la realidad y las consecuencias que les esperan por sus actos, tienen la tendencia a mostrar algún tipo de arrepentimiento.
Empero, aclaró que no todos los que se ven implicados en un acto reñido con la ley, postulan esa situación, aunque otros descubren el error que han cometido y las consecuencias que se avecinan y, frente a esa eventual realidad, tienen tendencia a pedir perdón.
Manifestó que una de las razones que el Código Procesal prevé, cuando hay una persona en conflicto con la ley, es que pudiera llegar a un acuerdo penal abreviado con el ministerio público, lo que a su juicio sería una muestra de arrepentimiento.
Expresó que esas personas entienden que cometieron el hecho y están dispuestas a asumir las consecuencias, por lo que piden disculpas y hasta perdón.