Conmovedoras palabras de un hijo a su padre fallecido y el dolor que embarga la familia

Alberto Santos Ventura, en memoria de dos años de tu muerte.

Hoy se cumple el segundo años desde aquel domingo 12 de mayo en hora corrida de las 4:00 Pm, en donde el sol dejaba de alumbrar y la luna anuncia su llegada, hoy recuerdo entre soledad y lejanía aquel día en que estando en la presencia de Dios en la celebración de la Santa Eucaristía se me informó que tu partía hacia la nueva vida, llanto, dolor y tristeza marcaron el 2019, pues en tiempos tan inesperado se nos van los queridos seres.

Ya de Alberto se nos ha dicho muchos de sus quehaceres, pero, poco sabemos lo que sufre sus seres. Entre dolores y llanto lo recuerdan con su canto, entre gozo y tristeza recuerdan su presencia. entre tinieblas y luz recuerdan su juventud.

De barbero a maquinista, de maquinista a comerciante, de comerciante a albañil nos enseñaste a vivir, Pero con tu partida inesperada nos recordaste que hay que morir para aprender a vivir. Ya los cielos se han abierto para recibir tu presencia y en la tierra nos ha dejado llorando por tu ausencia.

Hoy se recuerda a don Bertico, al don Moto de Altagracia al que con sus ocurrencias nos llenaba a todos de gracias. Ya dos años de tu partida y aun sigo sin comprender aquella muerte tan repentina. Quiero decirle a tu madre, quiero decirles a tus hermanos, quiero decirle hijos, que aunque te fuiste muy pronto esta gozando del amado.

A la familia.
Hoy 12 de mayo del 2021 a los dos años de la partida de Alberto Santos Ventura, me dirijo hacia ustedes con los sentimientos de un hijo que está lejos pero presente en el espíritu. Mis familiares y amigos que siempre nos ha acompañado en el recuerdo de la memoria de nuestro padre, nosotros los hijos de Alberto y quienes les conocemos tenemos el compromiso de mantener viva esta fecha, en la que nuestro ser querido ha renacido a una vida nueva, en la que la maldad del hombre, la envidia humana y las deshonra de mucho no puede calar sobre los sentimientos de aquellos que han sidos llamados.

Con este mensaje hago eco de las últimas palabras que escuche que dijo y de la que a mi persona propia fueron dirigidas en sus últimos días de vida: “Mis hijos busque de Dios” “Tu eres el mayor de todos ayuda a tus hermanos y a esta mujer, no los deje solos”. A lo largo de estos dos años en lo que he estado físicamente ausente, he tenido la oportunidad de hacer muchas reflexiones en torno a este acontecimiento tan doloroso y que hasta ahora no he podido sacar la conclusión del mismo, solo tengo la oportunidad de decirle que el sentimiento de un hijo se marca por un solo monte de tiempo.

Cuando un ser querido nos hace una invitación a la unidad reconoce que nuestro sentir está plenamente dividido, en esto quiero resaltar que puede estar haciendo alusión a la experiencia de la vida que ha llevado, o ha la que espera que se lleve desde aquel momento, para ninguno de usted lo que entre en contactos con este escrito se le hará extraño el contenido del mismo y más en esta palabra que voy a decir ahora: “quien conoce al padre conoce al hijo”. Esto se explica con lo que pasó diez días antes de su muerte en lo que conocí a mi padre, a quien hoy recordamos entre tristeza y dolor. “Tu eres el mayor ayuda a tus hermanos” él reconoce que su vida ya estaba a punto de renacer de nuevo y reconoció mi importancia en medio de la familia y dio crédito a mi persona. Ahora yo puedo decir que lo que él quiso hacer conmigo, no se ha quedado solo en un legado hacia mis dos hermanos, sino hacia la familia completa, la unidad que nos propuso es algo que todos tenemos que trabajar desde los hijos hasta los nietos del tronco, o sea de Altagracia. Pues no se puede olvidar todo lo que pasamos con la muerte de Alberto mi padre y todo lo que luchamos durante los días posteriores a su sepelio, sin embargo lo único que nos ayudó a liberar la tensión fue la unidad que se produjo en el momento y la confianza que se tuvo el uno por el otro. Sin embargo, siento que se ha descuidado un poco lo que se había cultivado en aquellos días, y por eso se lo vuelvo a recordar, no se olviden que somos una familia que lo que afecta a uno nos afecta a todos.

En cuanto a la primera palabra que anote de la dos últimas, tengo para decir, que la única fuente que nos ayuda a cultivar la unidad es Dios, por lo tanto en vano no nos dijo a sus hijos que buscaran de Dios y mucho menos en vano es el hecho que el a lo largo de estos dos años se haya querido manifestar por medio de sueños a quienes les ha querido decir algo, y de lo que muchos desconoce el contenido, pero que yo se que ha sido ha si y puedo afirmar que conozco lo que han soñado. Para mencionar un ejemplo de lo que más se ha expresado la inquietud por las actitudes de uno de los nuestros que no son malas, pero que no le ha gustado, entre otras cosas más.

Esto que le es escrito en este último párrafo es un mínimo fragmento de las cosas que he vivido por acá, y de la cuales no todos podrían haber comprendido por que la he dicho, pero lo que sí les puedo decir es que cuando Dios llama a una persona a su presencia no tratemos de retenerla en la tierra porque lo que le hacemos es un mal a su alma, hoy a su segundo aniversario de su partida yo puedo decir que en verdad mi padre, su hermano ya esta descansando en la paz de Dios, esto por los méritos de su obra en la tierra y por las oraciones de quienes han ofrecido un verdadero sacrificio de oración por su alma.

En la memoria del fallecimiento de Alberto Santos Ventura desde la Ciudad de México a su familiares les escribe atentamente el siervo de Dios y de ustedes Anyelo Alberto de Jusús Orante y San José Sánchez del Río Santos del Pilar.