El Gobierno de Estados Unidos ya no está enviando más niños al centro de detención de menores indocumentados de Homestead en aras de mantenerse entre los 1.200 y 1.300 que alberga en la actualidad, según señalan este lunes medios de Florida.
Portavoces del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) de EEUU informaron que desde el pasado 3 de julio no se han admitido más menores en Homestead, el cual al día de hoy mantiene a 1.309 niños y adolescentes, tal como recoge el canal WPLG, filial local de la cadena ABC.
Homestead, con capacidad para 3.200 menores indocumentados y que albergó hasta unos 2.700, es objeto de críticas por parte de activistas y legisladores demócratas quienes demandan su cierre y exigen la reunión de los niños con sus padres, además de que denuncian que no se haya informado de un plan de contingencia en caso de huracanes.
La información se da el mismo día que una delegación de congresistas demócratas inspeccionó el centro de detención ubicado a unas 30 millas (48 kilómetros al sur de Miami), durante una visita en la que se les permitió tomar fotos.
La congresista Debbie Wasserman Schultz se quejó de que los directivos del centro no les facilitaron la información sobre el plan preventivo de cara a la temporada de huracanes en el Atlántico y tampoco lo han hecho con las autoridades de Florida, cuando es su obligación hacerlo.
A su turno, la presidenta del Subcomité sobre Trabajo, Salud y Servicios humanos del Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes, Rosa DeLauro, dijo tras el recorrido que quiere saber si los que fueron trasladados efectivamente fueron reunidos con sus familias o “trasladados a otros ‘albergues’”.
DeLauro y los otros diez congresistas de la delegación, varios de ellos representantes de distritos de Florida, permanecieron una hora y media en el edificio principal del centro y otra media hora en un edificio anexo donde están recluidos los más mayores (a partir de los 18 años no pueden seguir allí).
Afuera un grupo de unas 25 personas se manifestaron para pedir el cierre de este centro y denunciar las políticas migratorias del Gobierno de Donald Trump con carteles en español e inglés que decían “El asilo es un derecho humano” y “No están solos”.
Según dijo Mark Weber, portavoz de HHS, al diario Miami Herald, la mayoría de los menores trasladados fueron reunidos con sus familiares o un patrocinador y precisó al mismo tiempo que Homestead no va a cerrar.