Los dos mayores grupos yihadistas del mundo, el autodenominado Estado Islámico y Al Qaeda, han publicado las últimas horas sendos comunicados en los que animan a sus seguidores a vengarse por el doble atentado del pasado viernes contra mezquitas de Nueva Zelanda, que causaron 50 muertos.
La organización Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), la rama de Al Qaeda más activa, prometió vengarse por las víctimas de Nueva Zelanda, y ordenó también a los “lobos solitarios” yihadistas que atenten contra los líderes de “la derecha extremista de los cruzados y toda persona que haya mostrado apología a esa operación cobarde”, en un comunicado emitido por su brazo mediático Al Andalus.
Además, afirmó que este atentado demuestra “la realidad que varios intentan esconder: la batalla con el Occidente cruzado es religiosa”, y que los “cristianos” (en referencia a los países occidentales) lanzan desde hace siglos una guerra de cruzadas contra los musulmanes, su religión y su potencial”.
Por otra parte, AQMI llamó también a las comunidades musulmanas residentes en países occidentales a que salgan de esos países y vuelvan a la “tierra del islam”.
“Tememos que les suceda lo que les ha pasado a sus hermanos musulmanes en el Andalus, Sicilia y otros lugares hace siglos. (Tampoco) los crímenes de genocidio contra los musulmanes bosnios están tan lejos”, precisó AQMI en un comunicado emitido por su brazo mediático.
La organización yihadista aseguró que los musulmanes que residen en Occidente se encuentran en peligro ante el ascenso de los “movimientos de cruzados, populistas y derechistas”, por lo que les instó a “defenderse” y proteger sus mezquitas.
Por otra parte, el portavoz del grupo terrorista Estado Islámico, Abu Hasán al Muhayir, consideró en una cinta emitida por los foros del grupo que el atentado de Nueva Zelanda es un primer paso hacia una “miseria” que van a sufrir los musulmanes que optaron por vivir entre los “infieles”.
Además, instó a los simpatizantes del Estado Islámico en estos países a perpetrar ataques vengadores.
El atentado de Nueva Zelanda fue atribuido por las autoridades a Brenton Tarrant, un australiano de 28 años que no estaba bajo vigilancia policial y cuyas acciones obligaron a elevar la alerta de seguridad.
Tarrant retransmitió durante 17 minutos el ataque y poco antes del suceso publicó un manifiesto de 74 páginas, que difundieron algunas redes sociales, lleno de invectivas contra los musulmanes y en el que se define como “racista” y “fascista”.
Vía: almomento.net